jueves, 8 de mayo de 2008

Yo también quiero que mi sangre sea semilla de Libertad!!!!!!!!!!!!!!




Prende los parlantes y escucha que hermosas frases de Monseñor Romero, en frente a nuestra realidad Amerindia. Y que ilegibles les parecen a nuestros más amados hermanos en Cristo.


La Iglesia de los Pobres no puede ser usada para lavado de dinero ni pantalla que encubra rufianes en sus filas. La Iglesia de los pobres es la que tiene el corazón limpio porque las lluvias del Amazonas oxigenan nuestro pecho.












Es la Iglesia muda frente al niño Dios en Navidad, y que no anda despavorida recorriendo malls para los “regalos” del viejito idolatra.

La Iglesia hermana, sencilla sonriente y hermosa como una flor en medio del desierto. La Iglesia que celebra un matrimonio con el Cantar de los Cantares y el Vino de la Sagrada Cena.


La Iglesia Revolucionaria de Jóvenes locos de Amor por el Mundo como el Mismo Cristo en Su Cruz de Martirio.

Sangre mis amados hermanos, ha sido el legado precioso de nuestros Mártires. Sangre de Adultos en la fe, y de fieles seguidores del Maestro, el Rabí de Nazareth.

La Iglesia de los pobres esta en las venas de nuestro pueblo, de tantas oraciones y rezos. Y está en el corazón de nuestra patria grande, porque vivimos el Evangelio en la vida diaria, sin rendir tributo a ningún idolotito.

Yavé, Dios de los Ejercitos, es nuestro único Dios. Jesucristo su Hijo derramó sangre por esta heredad y La Espíritu Ruaj, nos congrega y fortalece en la prueba.



Por eso mismo, la milicia cristiana, es una milicia donde el fusil es el Evangelio. Y si la médula del Evangelio es el Amor, el fusil sana y no mata. El fusil es Verbo hecho carne, amor incondicional, incluso al traidor y asesino. Es amor al que ha errado las sendas y arrepentido regresa donde el Buen Padre Misericordioso. Es amar hasta el extremo.



Si alguna vez se nos acusó de terroristas, herejes y comunistas, excluyéndonos del derecho a la santidad que el Vaticano II declaró, fue por ignorancia y ceguera de líderes que no logran comprender la belleza de un evangelio fresco y vigoroso como el que crece irrigado por ríos de sangre inocente, de niños y ancianos desvalidos.

América, Africa y Asia, producen ríos genocidas y nuestra iglesia clama. El Medio Oriente sufre por el oro negro del petróleo, rapazmente adquirido por el Tío Sam, y nuestra iglesia popular clama… el patrón azota su guasca sobre la espalda del empleado y la iglesia pobre clama…

Podremos ser acusados de muchas cosas, pero nuestra sangre ha sido derramada a raudales, y nuestras manos siguen blancas de la sangre de Caín.

2 comentarios:

waldo dijo...

muy bueno aqui si hay contenido...ya hablaremos sobre el documental opus dei...

Fabiola Rey dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con este pensamiento social, aun no siendo creyente, merece mis respetos...ojalá existiese gente asi, creo que son muy pocos, esp podria cambiar nuestro pais y nuestro continente ¡¡¡Valor !!!